El mal hijo
Arboreto del Villar, 14 de abril 2018 |
Para
que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por los
impacientes puñales de sus amigos, descubre entre las caras y los
aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se
defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.
"La trama", Jorge Luís Borges