El resplandor

El director de cine Stanley Kubrick, fue tan perfeccionista y meticuloso, que aspiraba a lograr la mejor película dentro del género que tocaba. Con esta máxima obtiene la que hoy día está reconocida como obra cumbre de lo SINIESTRO, "El resplandor".

Hablamos de lo SINIESTRO y no de género de terror, porque en la película queda reflejado magistralmente el concepto freudiano de "lo siniestro", que no es más que aquello que siendo conocido y familiar se presenta en su concepción más oscura y tenebrosa.

Kubrick parte de la novela de Stephen King, que intuye de forma reveladora el terror psicológico que se desprende de un ambiente familiar cuando deja de ser protector para convertirse en la mayor de las amenazas. La película está rodada con tal sensibilidad artística que, en algunos momentos, puede parecer que estuviéramos ante una secuencia de cuadros de las mejores galerías de arte.

Pero aparte de las escenas, es la música la que consigue subrayar, recalcar y elevar al espectador hacia ese otro lado. Lo transporta hacia la zona más primigenia de los sentidos. Desde el inicio esta recreación de ambiente queda fijada con la adaptación del "Dies Irae" de la Sinfonía de Berlioz pasado por el tamiz electrónico de Wendy Carlos. En esta adaptación están depurados los sonidos inquietantes, sonidos de animales en la noche. El hombre solo ante la inmensidad de la naturaleza que lo amenaza y lo atrapa.