Twin Peaks

Twin Peaks como modelo de lo siniestro
"Siniestro es todo espacio donde se materializa la maldad, se destruye el sentido, se quiebra el espacio y el tiempo y se construye la identidad."
En Twin Peaks la escala de los planos enfatiza la estética de lo siniestro. El plano general nos muestra la normalidad; el uso del primer plano nos devuelve lo irracional: la locura, el incesto, la obsesión, los crímenes, la prostitución y la delincuencia. Es decir, lo infernal, el caos y lo siniestro. Uno de los rasgos formales característicos de Twin Peaks es el uso simbólico del paisaje, en especial el bosque, un lugar especialmente mágico y primitivo. De ahí el significado malvado de la serie:
"[...] Es lo primitivo, las fuerzas no domesticadas, representadas por los planos de encadenamiento entre las escenas, en las que se nos muestra un semáforo rojo automático en la noche sobre las calles vacías y negras, ramas de árboles agitadas por un viento huracanado, una ladera montañosa sobre la que corre la niebla"

La serie potencia la estética de lo siniestro gracias al propio formato televisivo, que permite una mayor complejidad narrativa para mostrar los dominios de lo irracional. La mayor cantidad de personajes, el género policíaco y la trama principal y subtramas permiten a David Lynch construir y definir su propio mundo visual entre la fantasía y el horror.

"La belleza del cadáver de Laura Palmer, la inversión de roles de los personajes, la iconografía del espejo que descubre al malvado devolviéndole su lado oculto o la relación entre el hombre y la naturaleza."

Todas estas imágenes de lo siniestro convierten a Twin Peaks en el prototipo de serie de culto.