Quasimodo
Para Víctor Hugo lo sublime y lo grotesco son reversibles, como la
luz y la sombra, que son opuestos pero al mismo tiempo se necesitan para afirmarse
y complementarse. Ambos llegan a coincidir
en el efecto de terror que provoca lo monstruoso, así lo sostiene
Burke que afirma que la fealdad puede ser sublime si está ligada a
un fuerte terror. Por tanto, lo sublime coincide con lo grotesco en la distorsión
que provoca, en lo deforme, en lo terrorífico, en lo desconcertante
y finalmente en lo siniestro.